En el Antiguo Egipto el
sacerdocio no era exclusivo para los hombres, pues algunos destacados
cargos eran ocupados por mujeres. Nos referimos, entre otros, a la
Divina Adoradora o la Esposa de Amón. En un principio estos honores
recaían sobre los hombros de la esposa del faraón, y su poseedora
gozaba de grandes posesiones y poder político.
En cuanto al clero femenino,
se tiene constancia de que en el Reino Antiguo se constituyó un
grupo de sacerdotisas denominadas hemet que ocuparon cargos de
responsabilidad y cuyo culto estaba vinculado tanto a dioses como
diosas. Estas, podían oficiar ritos funerarios, por lo que parece
probable que pudieron tener el mismo poder que los hombres.
Clara Ramos Bullón
Breve historia de la vida
cotidiana del Antiguo Egipto.
Con la finalidad de controlar la
región de Tebas desde sus posiciones en el Delta, los soberanos del
Tercer Período Intermedio situaron en este puesto a alguna de sus
hijas. El recinto sagrado de Amón en Karnak era el lugar donde
ejercía su poder la Divina Adoradora. Una de estas adoratrices de
Amón fue la princesa cusita Amenirdis, hija del faraón Kashta.
Por otro lado, a lo largo de
la historia se fueron creando cargos tan importantes como el que se
configuró en el Tercer Período Intermedio que llevaba por título
divina adoratriz. Este puesto de carácter religioso asociado al
culto de Amón en Tebas, fue ocupado por hijas de faraones, que
debían mantenerse solteras para poder pertenecerle a él. Asimismo,
este título se heredaba por adopción y estas sacerdotisas llegaron
a acumular muchísimo poder, por lo que se encargaban de los ritos de
fundación de capillas, entregar ofrendas y de la fiesta de Sed.
Clara Ramos Bullón
Breve historia de la vida
cotidiana del Antiguo Egipto.
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