“¿Qué es el Tercer Estado?
Todo.
¿Qué ha sido hasta ahora en
el
orden público?. Nada.
¿Qué pide? Llegar a ser
algo”.
Abad Sieyes.
El Tercer Estado (una vez
abandonado los Estados Generales) toma conciencia de que representaba
a casi toda Francia y pasa a denominarse Asamblea Nacional,
considerándose los únicos representantes legítimos de la nación.
Los miembros de esta Asamblea Nacional se reunieron en un pabellón
de deportes a las afueras de la capital y juraron permanecer unidos
hasta redactar una constitución (Juramento del Juego de Pelota). Por
ese motivo la Asamblea Nacional pasó a denominarse Asamblea
Constituyente.
El 14 de Julio de 1789, ante un
nuevo aumento del precio del pan y el rumor de que el rey, Luis XVI,
estaba concentrando tropas, el pueblo parisino asaltó la prisión de
la Bastilla (un símbolo del absolutismo), y a partir de ese momento
y bajo el lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad, la Revolución
Burguesa y la Revolución Popular caminarían paralelas.
El Tercer Estado es superio en
número a los otros dos estamentos: según Sieyes, lo componen 25
millones de personas, mientras que el clero son unas 80.000 y la
nobleza 110.000, y aunque los autores han aumentado algo estas cifras
posteriormente – clero 120.000, nobleza 300.000 -, la proporción
da una imagen acertada de la situación real, por lo que debe haber
un mayor número de representantes del Tercer Estado: es la cuestión
de la duplicación de miembros que la burguesía consigue.
Reunidos en Versalles los
Estados Generales en los primeros días de mayor de 1789, integrados
por 291 miembros del clero, 270 de la nobleza y 578 representantes de
la burguesía, el Tercer Estado, al considerar que no son atendidas
sus peticiones en relación a las cuestiones planteadas de voto por
estamento o por individuo, y de deliberaciones por estamento o
unidos, se separa de los otros dos estamentos y se constituye como
Asamblea Nacional el 15 de junio, comprometiéndose en el juramento
del Juego de Pelota. Tras unirse algunos miembros de la nobleza y el
clero, a comienzos de julios se proclama a sí misma como Asamblea
Nacional Constituyente, lo que supone la revolución jurídica, al
sustituirse el concepto de absolutismo real por el de soberanía
nacional. Al mismo tiempo que la revolución jurídica, se produce la
revolución popular en París y en otras ciudades, que consolidará
la revolución burguesa ante la reacción contrarrevolucionaria del
rey y los privilegiados. Son los sucesos del 14 de julio en Paris que
terminan con la toma de la Bastilla, de lo que se ha hecho un símbolo
revolucionario. Dominada la reacción, Luis XVI vuelve a París y la
nobleza inicia su emigración, y la oposición contrarrevolucionaria.
José Urbano Martínez
Carreras
Introducción a la historia
contemporánea. 1.
La Era de las Revoluciones.
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