Ninguna de
las listas o anales que han llegado hasta la actualidad, y que los
egiptólogos utilizan para escribir la historia del Antiguo Egipto,
el Canon Real de Turín o la Piedra de Palermo) contiene una relación
completa y exacta de los faraones y los años de su reinado. Una de
las razones que se ha dado para explicar esto, es por que esas listas
solo recogen el nombre de los faraones más importantes. Algunas
listas alteran el orden cronológico de los soberanos. No obstante,
la razón principal es que algunos de los faraones fueron borrados,
excluidos, olvidados de forma consciente. Al ser ignorado por los
anales y al destruir sus nombres de los monumentos que habían
construido, se quiso hacer desaparecer su recuerdo. Actuar como si
nunca hubiesen existido. Es el caso de los faraones del Segundo
Período Intermedio (eran los hicsos, extranjeros), la reina
Hatshepsut, el hereje Akhenatón, o Tutankhamón. No obstante con el
relato de Manetón y con las listas que han sobrevivido se ha podido
rehacer fiablemente el orden de los faraones.
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