jueves, 12 de diciembre de 2019

IRIA FLAVIA Y EL VIEJO CULTO AL DIOS NEPTUNO.




La vieja Iria Flavia fue residencia de cónsules y pretores durante el Imperio Romano (una información que recoge el geógrafo Ptolomeo en su Itinerario Romano), desde este enclave estratégico controlaban la provincia Gallaecia. La ciudad de Iria Flavia, hoy Padrón, a orillas de los ríos Ulla y Sar, fue fundada aproximadamente en el siglo I. Su origen y significado histórico se debate entre el culto pagano y el culto cristiano.

Su nombre recoge el calificativo del emperador Flavio Vespasiano y posteriormente, la tradición jacobea, difundió la creencia de que hasta estas costas había llegado el cuerpo del apóstol Santiago. La barca que transportaba los restos mortales del Santiago, atracó en algún punto del río Sar y fue amarrada a un piedra, o pedrón, que con el tiempo dio nombre a la localidad.

Este pedrón, custodiado bajo el altar de la iglesia de Santiago de la localidad, es en realidad un ara romana. En ella una inscripción reza lo que sigue: Neptuno oireses de suo posuere.

Esta leyenda fue alterada en el siglo XVI para otorgarle una connotación cristiana, desterrando, de paso, cualquier vestigio de la adoración al dios latino de los mares, el poderoso Neptuno.



Para enfatizar aún más la advocación cristiana del pedrón, en el lugar donde está depositada el ara, puede leerse: Cippus, cui nomen Petronium adest ei navim S. Jacobi zebedaei corporis vetricem alligatam fuisse pie creditur.


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