Auvernia, el
corazón volcánico del Macizo Central Francés, un paraíso natural
tallado en la roca durante eones, auténtico centro espiritual de la
Galia en toda su extensión. Una región cuyo nombre evoca prodigios
y fuerzas sobrenaturales en mi imaginario personal, Auvernia es la
morada ancestral de los sabios druidas celtas y cuna leyendas
medievales cuyos ecos resuenan en las viejas paredes de los castillos
y hoy llenan muchas páginas (webs y papel). Una tierra repleta de
misterios y secretos, rebosante de magia, hasta aquí llegaron los
iniciados (y aquellas personas que pretendían serlo) de los cuatro
puntos cardinales, como el enigmático Jean Paul Bourré, un famoso
demonólogo y satanista, cuyos libros (tan malditos como él) son
prácticamente imposibles de encontrar. En la Auvernia la montaña,
los prados y los bosques, los sobrios templos románicos, y los
coquetos pueblos de piedra donde cada fachada y cada edificio son el
recuerdo imperecedero de una forma de vida que no quiere ser
olvidada.
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