lunes, 21 de octubre de 2019

CABEZA DE ATENEA.




Unos ojos que te miran desde el pasado. Verdes los tuvo Minerva escribió el sevillano universal Gustavo Adolfo Bécquer. Una mirada que quedó atrapada en el frío mármol. Esculpida en un taller romano, inspirada en un obra olvidada del círculo de Fidias. Una diosa de la sabiduría, también de la guerra. Lechuza y yelmo. Inteligencia y estrategia, furia y compasión. ¿Recuerdan a Aracne?. Esos mismos ojos, que hoy parecen vivos, maldijeron (hace miles de años) a la tejedora. A veces pienso que Palas tenía el corazón dentro de la cabeza. No tuvo madre (y eso tuvo que afectar al desarrollo de su compleja personalidad), nació de la mente pensante de Zeus. Patrona de Atenas y adorada a orillas del Tíber. Sobre un busto como este se posó el Cuervo que atormentaba al poeta Edgar Alan Poe. Pluma y mármol, negro sobre blanco.



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