La iglesia más impresionante,
por tamaño e importancia, de cuantas se concentran en el caso
antiguo de Pontevedra es su basílica de Santa María. Este templo es
el ejemplo material de la riqueza, influencia e importancia del
gremio de Mareantes en particular y de Pontevedra en general, durante
el siglo XVI.
El edificio muestra una lógica
evolución de estilos; se inicia en estilo gótico tardío con
influencias del manuelino portugués y de las primeras tendencias del
Renacimiento.
La fachada principal es un
espectáculo plateresco, de las mejores obras encuadradas en este
estilo de las que fueron levantadas en Galicia. En ella trabajaron el
luso Joao Nobre y el reputado Cornelis de Holanda.
El programa iconográfico es
variado, con numerosas escenas; la Dormición de la Virgen, la
Asunción, la Trinidad y el Calvario.
Entre las curiosidades podemos
deleitarnos con un San Jerónimo con gafas, símbolo de sabiduría e
inteligencia.
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