viernes, 5 de abril de 2019

ROBINE, ADÚLTERA E INSTIGADORA.




Robine era la esposa de Étienne, un constructor de Bellecombe (Francia). La buena mujer apagaba los fuegos uterinos con un sacerdote de la localidad. Un día estaba en todo el meollo y fueron sorprendidos por un joven monaguillo que había bajado al sótano a buscar vino para la consagración.

Robine dijo a su amante: “Si no lo matas estamos perdidos”. El sacerdote propinó una cuchillada. El chico murió una semana más tarde por culpa de dos seres viles.

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