Entre 1770 y 1830, definida por
una serie de cambios profundos, de tensiones y conflictos entre las
estructuras tradicionales en trance de desaparición, y los factores
de transformación que se van imponiendo con un contenido dinámico.
Dentro de esta época se distingue un primer período, entre 1770 y
1799, en el que se produce en el mundo occidental la crisis del
Antiguo Régimen ante la profunda transformación que supone, en el
aspecto económico, el desarrollo de la revolución industrial,
iniciada en Inglaterra; en el aspecto social, el ascenso de la
burguesía como clase social dominante; en el aspecto ideológico, la
revolución intelectual que pone las bases del pensamiento liberal; y
consecuentemente con estas tres revoluciones – económica, social e
intelectual – la revolución política, cuyas principales
manifestaciones son la revolución e independencia norteamericana y
la revolución francesa. La segunda fase del movimiento
revolucionario francés, y de esta época, entre 1800 y 1815,
corresponde al período napoleónico que ofrece más rasgos de
continuidad que de ruptura en relación con el período anterior; y
el tercer momento de esta época se extiende desde 1815 a 1830,
cuando, tras la derrota napoleónica, vive Europa una situación
tensa y conflictiva entre el sistema político por un lado, al
imponerse sobre los países europeos los regímenes monárquicos
absolutistas con la restauración del Antiguo Régimen y el
predominio de la Santa Alianza, y la realidad económico-social por
otro, al extenderse la revolución industrial, proseguir el ascenso
de la burguesía y clases medias, y propagarse el liberalismo. Las
tensiones entre estas dos realidades europeas antagónicas se
manifiestan en los enfrentamientos entre movimientos revolucionarios
liberales y reacción absolutista que se inician ahora y cubren gran
parte de la primera mitad del siglo XIX.
Introducción a la historia
contemporánea. 1
La Era de las Revoluciones. José U.
Martínez Carreras.
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