Los adirmáquidas habitaban el norte de África, siendo los
libios más próximos a Egipto, y por esta razón, tenían muchas
costumbres egipcias. A decir de Heródoto.
La población de Libia está
distribuida de este modo: comenzando desde el Egipto, los primeros
habitantes de la Libia son los adirmáquidas, los cuales siguen por
la mayor parte las costumbres egipcias y llevan el mismo traje que
los demás libios; sus mujeres llevan en una y otra pierna ajorcas de
bronce; llevan el pelo largo; cada cual, cuando coge sus piojos los
muerde a su vez y así los arroja; estos son los únicos libios que
hacen tal cosa, y los línicos, también, que presentan al rey las
doncellas que están por casarse, y el rey desflora a la que le
agrada. Estos adirmáquidas se extienden desde el Egipto hasta el
puerto que tiene por nombre Plino. (Heródoto, IV, 168).
Esta nación formaba parte de la
Marmárica, no lejos de Amonia, y podría corresponder al reino de
Barca en la parte más retirada del mar. Las ajorcas de bronce que
usaban las mujeres son aún frecuentes en Zalmira y Berbería.
La noticia nos hace pensar en una
especie de derecho de pernada, aunque muchas de estas reflexiones hay
que hacerlas con todo tipo de precauciones, pues bien podría
tratarse de algún tópico literario atribuido a las poblaciones
bárbaras, tan del gusto de los griegos.
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