miércoles, 13 de marzo de 2019

MARTÍN I.




El papa Martín I, nacido en la pequeña localidad de Todi, se enfrentó abiertamente al emperador bizantino Constante II, y a punto estuvo de excomulgarlo. Roma y Constantinopla se alejaban definitiva e irremediablemente. El emperador ordenó el asesinato del pontífice, pero el sicario encargado de apuñalar al Santa Padre, mientras oficiaba misa en el altas de Santa María la Mayor, quedó ciego en el instante (justo y preciso) de levantar el puñal. Más tarde el emperador volvió a la carta y su hombre de confianza en Italia (el exarca de Rávena) arrestó y encerró al Papa. Condenado a muerte, la pena fue conmutada por el destierro en el Ponto. Y allí murió, sólo y triste, contemplando el mismo mar que Ovidio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario