Imaginad
un mar de fuego, extenso, extensísimo, inabarcable para una mente
humana . . . tanto que ocupa prácticamente todo el Universo, hasta
sus confines más infinitos. Pero en este mar incandescente no reina
la calma, antes al contrario, su superficie, su esencia, se agita,
bulle, burbujea . . . y las burbujas se separan del núcleo,
comienzan a enfriarse . . . siendo el origen de los planetas . . .
No hay comentarios:
Publicar un comentario