miércoles, 6 de marzo de 2019

DE PORRIÑO A REDONDELA.




Al amanecer la niebla envolvía O Porriño, mientras dejamos atrás la urbe para internarnos en el bosque y entrar de lleno en contacto con la naturaleza y el paisaje rural humanizado.



Salimos de Porriño y la ciudad se alarga hasta difuminarse sobre la carretera. Internados ya en el campo iniciamos un prolongado y sostenido ascenso hasta Mos, un destacado hito en el camino que desde Portugal se dirige a la tumba del Apóstol.





Caminamos desde O Porriño hasta Redondela, y tras caminar por medio del campo durante un buen trecho, encontramos demasiado asfalto y hormigón en la última parte de la etapa. Siempre he pensado que las ciudades son, por definición, antinaturales, por muchos motivos, nos alejan de nuestra esencia.




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