Animado por el interés científico
de la época y la incansable búsqueda de conocimiento de los
naturalistas de la corte, el rey Carlos III promovió una gran barrio
de las Ciencias en la capital y en él situó el Museo de Ciencias
Naturales, el Observatorio y el Jardín Botánico, y dentro de este
ubicó la colección de animales que incorporaba los ejemplares
llegados de Asia y de América. Más tarde los animales fueron
trasladados al parque de El Retiro. El zoológico de Madrid fue el
segundo zoo de Europa después del de Viena.
Los fines científicos y de
investigación se mezclaban en aquellas fechas con otros menos
elevados como era celebrar cruentas peleas entre leones, toros y
tigres. Esos espectáculos, tan del gusto de la nobleza de los siglos
XVIII y XIX se celebraban con motivo del bautismo de un infante o en
honor a los visitantes extranjeros.
Las fieras del Retiro sufrieron
las mismas vicisitudes que el resto de habitantes de Madrid; invasión
francesa, hambre y carestía, o la Guerra Civil. En 1972 fue
clausurada definitivamente y los pocos animales supervivientes
trasladados al flamante Zoo de la Casa de Campo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario