miércoles, 20 de marzo de 2019

CAMINO DE VEZELAY.




Llamada Vía Lemovicense por su paso por la ciudad de Limoges. Picaud (autor del Códice Calixtino) hace especial hincapié en su visita con el fin de venerar los restos de San Leonardo.

“Asimismo se ha de visitar el sagrado cuerpo de San Leonardo, confesor, que perteneciendo a la más rancia nobleza del linaje de los francos y habiendo sido criado en la corte real, renunciando por amor del sumo Dios al pecaminoso siglo, llevó largo tiempo en tierra de Limoges, en el lugar que llaman Noblat, una vida célibe y eremítica, con ayunos frecuentes y muchas vigilias, fríos, desnudeces e indecibles trabajos, y finalmente en su mismo campo libre descasó con santa muerte. Sus sagrados restos se dice que son inamovibles” (Códice Calixtino).

Los peregrinos procedentes de Borgoña, Valonia, Champaña, y el sur de Alemania, visitaban Nevers, Limoges, Perigueux, Roquefort, Orthez y se podían maravillar con el cuerpo de María Magdalena en Vezélay.


“Después, en el camino que por San Leonardo de Limoges va a Santiago, se ha de venerar justamente por los peregrinos el dignísimo cuerpo de Santa María Magdalena, en primer término” (Códice Calixtino)

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