miércoles, 6 de febrero de 2019

¿QUÉ ENTENDEMOS POR MUNDO ANTIGUO?



La palabra Historia tiene dos significados u acepciones, que podemos entender como complementarios; por una parte la Historia se refiere a los hechos ocurridos en el pasado de la Humanidad, y por otra parte, la Historia es el estudio de ese pasado. Ese estudio (las técnicas y las tendencias) se ha dado en llamar Historiografía.

En el estudio histórico siempre tendremos en cuenta dos variables que formarán nuestro marco de referencia; el espacio y el tiempo. En ese sentido, vamos a tratar de explicar cuales serán esas variables, ese marco de referencia del Mundo Antiguo.

El tiempo. Tradicionalmente los estudiosos de la Antigüedad se han centrado en los hechos históricos acaecidos durante el periodo de tiempo que va desde la invención de la escritura (hace unos 5.500 años), hasta la caída del Imperio Romano de Occidente en el 476. No obstante en las últimas décadas historiadores, tanto de la Antigüedad como los medievalistas, han acuñado un nuevo término, la Antigüedad Tardía. Un período de transición entre dos eras, pero que cuenta con entidad propia, que comenzaría en la crisis del siglo III y acabaría prácticamente en el siglo VII con la irrupción del Islam.

Espacio. La mayoría de las monografías y manuales sobre el Mundo Antiguo se dedican básicamente a Mesopotamia, o mejor dicho el Próximo Oriente, Egipto, Grecia y Roma, es decir, se han centrado en el ámbito del mar Mediterráneo. Existen otros autores que también incluyen, siquiera breves referencias, a otros dos importantes centros de civilización; la India y China. Nosotros somos un poco más ambiciosos y nos gusta incluir en nuestros estudios, todo el Viejo Mundo; Europa, África y Asia. Pensamos y creemos firmemente que la forma en que se desarrolla la Humanidad es por medio del contacto, más o menos fluido, de diferentes pueblos y culturas, recibiendo y aportando influencias, los contactos (más indirectos que directos) entre el Imperio Romano y la lejana China de los Han, o la gran expansión de los pueblos indoeuropeos, son dos ejemplos que ilustran a la perfección el continuo contacto entre las diferentes sociedades antiguas.

Por tanto, concebimos el Viejo Mundo como una gran unidad espacial, en la que en mayor o menor medida todos los territorios estaban, en cierta manera, relacionados entre sí. Por motivos obvios excluimos a América y Oceanía, puesto que su evolución histórica y desarrollo cultural en esta época estaba al margen de los que ocurría en “nuestro” Viejo Mundo.

Cuando estudiamos historia antigua nos sumergimos, e intentamos bucear en el profundo Oceáno de la Historia, haciendo salir a la superficie del presente un maravilloso pasado (con sus luces y sombras), base social y cultural de la Humanidad en su más amplio sentido, teniendo siempre presente la máxima histórica de conocer el pasado para comprender el presente.


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