domingo, 24 de febrero de 2019

MIJAIL LOMONOSOV, EL HOMBRE UNIVERSAL.




Mijaíl Lomonosov es el estereotipo de hombre ilustrado, un polímata ruso del siglo XVIII que tocó (con éxito) muchas y variadas ramas del saber. Siendo joven abandonó su aldea natal, perdida en la inmensidad del territorio ruso, y se dirigió a Moscú para estudiar y formarse. Gracias a su inteligencia natural, a su trabajo y dedicación, consiguió medrar en la capital del imperio donde fundó la primera universidad del país (en la actualidad un mastodóntico edificio situado en la célebre colina de los gorriones).

Lomonosov cursó estudios de griego, latín, eslavo antiguo, historia, filosofía, química, física, mecánica, minería . . . unos conocimientos que le sirvieron para escribir (entre otras obras) una Gramática Rusa, convertirse en poeta de la corte de Elizabeta Petrovna (la hija de Pedro el Grande), trabajar en el Departamento de Geografía de la Academia de las Ciencias Rusas, publicar una Historia de Rusia, demostrar el origen orgánico del suelo, del petróleo, del ámbar y del carbón, desarrollar una técnica para elaborar vidrios de colores o enunciar la Ley de Conservación de la Materia antes que Lavoisier.

El poeta romántico Alexander Pushkin le dedicó unas emotivas palabras: “Lomonosov fue un grande. Entre Pedro I y Catalina II él es el único defensor auténtico de la educación. Creó la primera universidado mejor dicho, él mismo fue nuestra primera universidad”.


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