jueves, 14 de febrero de 2019

JOSÉ II EL REVOLUCIONARIO CORONADO.




José II, hijo y sucesor de María Teresa de Austria, heredó de su madre los ideales ilustrados, admirado en su tiempo por su gran cultura y sus habilidades para gobernar. Fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, archiduque de Austria y rey de Hungría y de Bohemia. Estamos ante otro de los representantes del Despotismo Ilustrado y gobernó con la ayuda de su canciller Wenzel Kaunitz.

José II mostró interés por las ideas de los enciclopedistas, abolió la servidumbre, emprendió reformas educativas y eclesiásticas. Su idea de centralización política y convertir Austria en el centro del imperio le llevó a tener problemas con Hungría. Pretendió convertir el alemán en idioma oficial de todos sus reinos, encontrando una fuerte oposición en Hungría, un país del que nunca quiso ceñir corona, para así no tener que respetar sus leyes.

En este proceso de centralización concentró todo el poder y la administración en Viena, a la que convirtió en capital única, creando además, un estado burocrático, que sobrevivió hasta el colpaso definitivo del imperio a comienzos del siglo XX.

Por otro lado puso em marcha una teoría política que ha sido bautizada como Josefismo, que trataba de limitar la influencia de la iglesia, estableciendo las bases de una iglesia nacional. Sus éxitos en política interior no se vieron refrendados en el continente, fracasó en sus intentos de controlar Venecia y Baviera y tampoco pudo materializar sus aspiraciones en los Balcanes.



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