En el monasterio de Lindisfarne, ubicado en el Reino de Northumbria, los monjes pasan el día entre el scriptorium, el huerto, el refectorio y la capilla, su actividad está perfectamente regulada por la regla de la orden, y una jornada es idéntica a la precedente. Sus moradores viven ajenos al peligro que se cierne sobre ellos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario