sábado, 12 de enero de 2019

EL CALVARIO DE LA IGLESIA DE SAN PABLO EN AMBERES.


Visitar Tierra Santa, peregrinar a Jerusalén ha sido desde prácticamente sus orígenes, uno de los objetivos de miles de cristianos. El viaje siempre ha sido complicado, y según épocas, excesivamente peligroso, y por ese motivo los Hermanos Dominicos de la ciudad de Amberes, decidieron construir en el cementerio de la iglesia un precioso jardín con estatuas que evocan toda la historia sagrada. 


Esta magnífica obra barroca pretende conmover al espectador y trasladar al creyente al momento de la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo. 



Los profetas, los jueces y los monarcas judíos del Antiguo Testamento también ocupan su espacio en el jardín. 



Las calderas donde arden eternamente pecadores y pecadoras, almas condenadas para alimentar el fuego del infierno. 


Antes que cante el gallo me habrás negado tres veces. Esta ave anuncia la llegada del amanecer, el final de la oscuridad nocturna, el cese de todos los pecados que nos tientan durante la noche. 


La cruz triunfa sobre la muerte, el espíritu sobre la carne, Jesús señala el camino hacia la vida eterna. 
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Este enigmático jardín no es, ni de lejos, la atracción más visitada de Amberes y ese es otro motivo para acercarse hasta la iglesia de San Pablo y disfrutar del silencio que envuelve a cada una de las esculturas. Si prestamos atención ellas mismas nos contarán su historia . . . 


Jesús resucitado se encuentra con María Magdalena, la más sugerente escena de los Evangelios. 





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