Carlos, conocido como el Calvo,
hijo de Ludovico Pío, voluntarioso rey capaz de mantener a raya a
los molestos vikingos. Rey de la Fancia Occidentalis (según lo
acordado en el Tratado de Verdún de 843), de Italia y Emperador, fue
el último representante de la gloriosa dinastía carolingia que tuvo
la oportunidad de reverdecer los laureles triunfales de su abuelo, el
legendario Carlomagno.
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