Nora de
Kelmendi es una fascinante figura del folklore albanés, más
literaria que histórica. Una heroína popular, que la tradición
oral ha convertido en leyenda, protagonista de cuentos y hazañas
transmitidas de generación en generación al calor de la lumbre.
Nora de
Kelmendi, famosa por su inteligencia y valentía, dos virtudes
superiores admiradas por todos, es conocida también como Helena de
Albania, su hermosura provocó una guerra, o la Brunilda Albanesa, la
guerrera más grande de la historia del país. A mí me recuerda a la
Judiht del Antiguo Testamento.
La vida de
Nora transcurre en el siglo XVII, en las montañas albanesas de la
región Malësi e Madhe, una época en que el país entero estaba
sometido al Imperio Otomano. Eran tiempos difíciles para el pueblo
albanés. El padre de Nora, que pertenecía a la tribu Kelmendi, una
familia que profesaba la religión católica, deseaba un hijo para
convertirlo en guerrero y expulsar a los turcos. Cuando Nora nació,
decepcionado, la abandonó en un lúgubre hospicio.
La tía de
Nora la adoptó y la crió como si fuese un niño. Cuando los
músculos de la niña ya estaban preparados, la entregó a su padre.
El padre de Nora la entrenó en el arte de la guerra creyendo que se
trataba de su sobrino.
Mas a
medida que Nora crecía, se iba convirtiendo en una hermosa mujer,
cuya belleza era comparable a las Zanas, las hadas del bosque en el
folklore albanés. La fama de Nora y de su radiante belleza llegó a
oídos del bajá otomano, un bosnio llamado Vutsi Pashá, que residía
en la fortaleza de Skodra. Cuando el bajá por fin pudo conocer a la
joven, se enamoró de ellá nada más verla.
Convencido
de su poder y atractivo, el bajá pidió la mano de Nora. A la
proposición de la boda la familia respondió que su kanon de leyes,
impedia un matrimonio con un no albanés. El bajá montó en cólera,
reunió su ejército y se dirigió a la aldea de Nora, jurando que la
reduciría a cenizas, y arrasaría toda la región, si la chica no
aceptaba su propuesta de matrimonio.
Nora, que
era una mujer valiente e inteligente, rápidamente pergeñó un plan
para solucionar, de una vez y para siempre, el problema con el bajá
otomano. Y como la mayoría de los cuentos, éste tiene dos
versiones.
Según una
versión, Nora simuló aceptar el matrimonio, vistió sus mejores
galas y se dirigió a la tienda del bajá. El hombre emocionado no
tardó en despedir a su guardia personal, y ya en la intimidad de la
noche, Norá le asesta una puñalada en el costado. El cuerpo del
bajá comenzó a sangrar y en ese preciso instante, el pequeño
ejército albanés se lanza contra el campamento enemigo, poniendo en
fuga a los sitiadores.
La otra
vesión muestra la faceta más agresiva de la heroína. Nora nunca
agacha la cabeza, ni acude a la tienda del bajá, sino que cuando se
produce el ataque otomano, espada en mano, dirige una hueste de
trescientas mujeres, y planta cara al ejército atacante. En un
momento de la batalla se produce un duelo singular en el que Nora da
muerte al Pashá.
La leyenda
parece tener una base real en la obstinada resistencia que los
moradores de las montañas de Albania opusieron a los otomanos. En
esas refriegas y escaramuzas no era extraño encontrar a mujeres
combatiendo al ejército invasor.
Te cuenten
la versión que te cuenten, la historia termina siempre con Nora
dando muerte a Vutsi pashá y liberando a su gente de la crueldad del
guerrero. Nora de Kelmendi es especialmente recordada por su
determinación y coraje, y en los últimos tiempos se figura se ha
recuperado como un símbolo del feminismo en su lucha justa contra el
patriarcado tradicional y dominante.
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