Las aguas de lluvia y de irregulares torrentes, llegan mansas a la playa, y en el lugar donde se funden río y mar, eclosiona la vida. En la desembocadura del río Aguas, en las proximidades de Mojácar (Almeria) se forma un humedal de unas 10 hectáreas, un pequeño paraíso para la focha, su inquilino más visible.
A diferencia de lo que ocurre con otros humedales de la zona, este presenta agua a lo largo de todo el año, incluyendo la árida época estival.
La densa vegetación ocupa todas las orillas destacando el taraje, y más próximo al agua, el carrizo. Plantas perfectamente adaptada al entorno, que dan forma a un hábitat ideal para pequeños vertebrados y todo tipo de artrópodos, así como un refugio seguro para la avifauna.
A simple vista solo son visibles las fochas, que nadan con parsimonia, pero si aguzamos los sentidos y nos ayudamos de unos prismáticos, se abre ante nosotros una maravillosa y variada comunidad de aves; gaviotas que sobrevuelan el humedal, algún despistado cormorán, la llamativa gallineta común, el presumido ánade real, garcillas y garcetas, una garza real que impresiona tanto por su porte, como por su tamaño, la inconfundible abubilla y el vistoso calamón común, con su precioso plumaje azulado, que se mueve tímidamente bajo el denso cañaveral.
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