jueves, 25 de octubre de 2018

SAN TEODORO, EX PATRÓN DE VENECIA.



Cuando desembarcamos en el bacino veneciano de San Marco, entre la residencia de los dogos y el campanile, nos encontramos con dos columnas que llevan varios siglos elevándose por encima de la miriada de visitantes que se concentran cada día en una de las plazas más fascinantes y cargadas de historia de toda Europa. Una de las columnas está coronada por el León de San Marco, símbolo de la república veneciana. En la otro aparece entronizado San Teodoro, matador de reptiles y ex patrón de la ciudad de los canales.

Teodoro fue un soldado griego reclutado por el ejército romano en el siglo IV y alcanzó fama y prestigio después de enfrentar y dar muerte a un terrible lagarto. Cristiano devoto, su espíritu combativo le llevó a oponerse a los antiguos ritos paganos y una noche prendió fuego a un templo de Cibeles. Maldita la culpa que tendría la diosa de las porfías humanas. Las autoridades romanas lo juzgaron y fue ejecutado. Los cristianos aprovecharon para proclamarlo santo.


San Teodoro se convirtió en el primer patrón de Venecia, un pequeño núcleo de comerciantes que poco a poco se iba transformando en una próspera y brillante urbe. Conforme crecía el poder de Venecia, sus dogos se iban sacudiendo el control del Imperio Bizantino, que por la misma época comenzaba un exasperante declive. Con la idea de romper definitivamente con Oriente (y de paso aproximarse a la sede romana), las autoridades venecianas relegaron a San Teodoro y nombraron patrón de la ciudad a San Marco. El evangelista demás elevaba el caché de la República.

A pesar de su degradación, Teodoro sigue ocupando un lugar de honor en uno de los espacios públicos más concurridos, destacado y fotografiado de la ciudad, con el dragón muerto a sus pies. ¿O era un cocodrilo?.


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