domingo, 28 de octubre de 2018

BABILONIA, CIUDAD DE CIUDADES.



Situada en la orilla del Éufrates, en pleno corazón de Mesopotamia, Babilonia es la ciudad de las ciudades, la gran metrópolis de la Antigüedad Próximo Oriental, la urbe soñada, comparable por su fama y su leyenda, a Roma, Londres, París, Estambul o Nueva York.


La historia de Babilonia la podemos ordenar en cuatro etapas:

a. Época Paleobabilónica (2000 a.C.)
A comienzos del II milenio pequeños reinos – o ciudades-estado – de Mesopotamia, como Isin, Larsa, Assur, Mari y Uruk, lucharon por la herencia de Ur III, pero todos ellos acabarán por ser sometidos por el poder babilónico. 


b. Imperio de Hammurabi (1790 – 1750 a.C.) 
De origen amorreo, con Hammurabi, Babilonia creó un gran imperio cohesionado y pacificado. Pero la muerte del gran rey trajo consigo, poco tiempo después, la desintegración de su obra política.

c. La babilonia Kassita (1540 – 1157 a.C.)
Los casitas, un pueblo procedente del Zagros, restauraron, en cierta medida, el poder de Babilonia, fundando sus propias dinastías.

d. Los caldeos y el Imperio Neobabilónico. 
Los caldeos, nómadas de la familia de los arameos, al mando de reyes como Nabopolosar o Nabucodonosor II, desarrollaron el imperio neobabilónico, última etapa de esplendor hasta su sometimiento ante Ciro el persa. 


En la sociedad, según se recoge en el código de Hammurabi, esta dividida en cuatro grupos:

Awilum, eran los ciudadanos, hombres libres.

Mushkenum, los que no tenían propiedades.

Wardum, eran los esclavos (deudores y morosos)

Asiru, eran los prisioneros de guerra.


En la esfera legislativa destaca el famoso código de Hammurabi, que logró (en parte) unificar las legislaciones existentes en el territorio.

La propiedad de la tierra era tripartida: del estado, del templo y de particulares. En Babilonia, y debido a su situación geográfica, tuvo gran relevancia la actividad comercial. 

La principal deidad babilónica a lo largo de toda su historia Marduk, aunque debido a su carácter politeista también veneraban otros dioses: Nabu (la brillante), Anu (el cielo), Enlil (el viento) y Ea (el agua). Anu, Enlil y Ea formaban la triada suprema. 

En cuanto a la literatura, “La epopeya de la Creación” y “el Poema de Gilgamesh” son las principales obras de las letras babilónicas. Los Jardindes Colgantes de Babilonia fueron una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. 



Uno de los elementos más característicos de la arquitectura caldea fueron los célebres Zigurats, lugares mágicos, sede del dios, lugar de culto y/o observatorios astronómicos. Los sabios caldeos destacaron durante la antigüedad por la práctica astronómica, la astrología, las matemáticas y el esoterismo en general. 


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