Los hurritas o pueblo de Hurri, de lengua aglutinante, procedentes de
las estribaciones meridionales del Cáucaso, en interacción con
elementos militares indoeuropeos, dieron forma al Reino de Mitanni. A
partir del siglo XVI a.C. se comienzan a unificar los diferentes
reinos hurritas para formar la confederación de Mitanni. Sus
principales centros urbanos eran Wasukani, Nisibina y Nuzi. Entre
1550 y 1270 se convierte en una potencia regional capaz de rivalizar
con Egipto y los hititas.
El rey – Suttarna, Barattarna, Saustatar, Artatama – y su
familia, eran la gente de palacio o Nish-biti, y formaban una
auténtica casta dominante. La aristocracia militar indoeuropea –
maryannu – que empleaba los carros de guerra y los ricos
terratenientes formaban la clase alta. El resto – población
hurrita – eran una masiva clase inferior. La mujer en mitanni
disfrutaba de amplios derechos políticos, en contraste, por ejemplo,
con las mujeres sumerias, acadias y asirias.
El sistema político era una monarquía absoluta, de corte feudal,
que se apoyaba en la gente de palacio y en la aristocracia militar.
En el seno de esta aristocracia fue ganando importancia y prestigio
la caballería. Se han documentado tratados sobre el caballo y su
adaptación al uso de carros de guerra, auténticos especialistas en
la cría, monta y doma.
Utilizaban la escritura acadia cuneiforme, y empleaban su lengua
para los textos religiosos. Se han encontrado textos legales como
actas de matrimonio y de adopción. En la religión tienden al
sincretismo e incorporan a su panteón deidades varias como Mitra,
Varuna, Indra, Assur o Enlil. Sin embargo los dos dioses nacionales
eran Teshub, que porta el hacha y el rayo, dios de la tormenta y la
lluvia, y Hepat esposa y diosa de la fertilidad.
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