jueves, 12 de julio de 2018

OLIGOCENO.




Oligoceno se extiende entre 35.4 millones de años y 23, 3 millones de años y durante este tiempo las colisiones entre las diferentes placas tectónicas de la litosfera terrestre continuaron sin parar desde el eoceno.



En el hemisferio oriental, restos afroárabes e indios (desgajados de Gondwana) impactaron con el supercontinente Eurasia al norte, cerrando el extremo oriental del mar de Tetis y dejó en su lugar un residuo muy mermado, el mar Mediterráneo. Las fuerzas de compresión que se generan por la colisión contribuyen a elevar un extenso sistema de cadenas montañosas desde los Alpes, el el oeste, hasta el Himalaya al este. Mientras la placa australiana chocaba contra la indonesia y la norteamericana había comenzado a solaparse sobre la del Pacífico.

El clima siguió siendo subtropical y húmedo en Norteamérica y Europa, aunque se había iniciado una tendencia al enfriamiento global a largo plazo, que continuó en el Mioceno, y culminaría en los gélidos períodos glaciares del Pleistoceno.

Los mamíferos estaban ya plenamente asentados como forma de vida terrestre dominante, como los équidos antecesores de los actuales caballos y rinocerontes. Un subgrupo de estos últimos, el Baluchiterium de Asia Central, es el mamífero terrestre más grande de todos los tiempos.



Los camellos, del tamaño de ovejas, y los primeros elefantes, carentes de trompa y colmillos. Los creodontos se habían diferenciado ya para dar lugar a los antepasados de actuales perros y gatos. Los roedores estaban muy extendidos, y entre los primates tenemos al tarsero y al lémur.

De los estratos del Oligoceno se han extraído huesos de los primeros monos del Viejo Mundo.

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