Liutprando fue un rey de los lombardos, salvajes germanos impíos,
que intentó adueñarse de toda la región del Lazio en el centro de
Italia. Cuando amenazó Roma, el papa Gregorio II salió a su
encuentro y lo persuadió de detener su empresa ahí mismo.
Roma se salvó, pero Liutprando continuó sus correrías
adueñándose de varias ciudades del ducado romano. Nuevamente, el
papa y Liuprando se encontraron, esta vez en la pequeña ciudad de
Sutri, y nuevamente el papa logró frenar las ambiciones de
Liuprando, que incluso donó la preciosas Sutri al papado.
El acontecimiento se conoce como Donación de Sutri, tuvo lugar
en 728 y algunos historiadores interpretan esta fecha como la del
nacimiento de los Estados Pontificios.
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