En Roma, el
papa León recibió a Carlomagno en las escaleras de la basílica de
San Pedro, el 24 de diciembre del año 800. El 25 de diciembre (…),
el papa León colocó la corona sobre su cabeza y todo el pueblo
exclamó: “a Carlos Augusto, coronado por Dios, grande y pacífico,
emperador de los romanos, vida y victoria”.
Anales
reales francos, siglo IX.
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