lunes, 14 de mayo de 2018

LA CORONACIÓN DEL EMPERADOR ENRIQUE II “EL SANTO”.



Enrique, rey por la gracia de Dios, llegó con su amada esposa Cunegunda a la iglesia de San Pedro [en Roma], donde les esperaba el papa.

Este le preguntó si aceptaría ser el jefe y fiel defensor de la Iglesia romana y testimoniarle su fidelidad a él y a sus sucesores.

Enrique aceptó y recibió la unción con los sagrados óleos y la corona de emperador de manos del Santo Padre. El mismo día, el papa les invitó a una copiosa comida para celebrar el acontecimiento.
Thietmar de Merseburg, Crónica, siglo XI.

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