En un bosque, antaño, vivía una joven gitana en compañía de su padre, de su madre y de sus cuatro hermanos. La bella Mará estaba enamorada de un cazador extranjero; y, a pesar de su belleza y de su poder de seducción, no conseguía atraer la atención del valeroso gachó. Entonces recurrió al Diablo. Éste, más que contento, prometió ayudarla, pero con la condición de que ella le entregase a sus cuatro hermanos, a los que convirtió en cuatro cuerdas; luego a su padre, del que hizo una caja de resonancia, y luego a su madre, de la que hizo un arco de violín. De estas cinco almas vendidas nació el violín. Mará aprendió a tocarlo, y pronto la música fascinó al cazador, que no pudo resistirse a los encantos de la bella. Pero el Diablo, no siempre satisfecho, reapareció de repente y se los llevó a los dos. Únicamente quedó en el suelo el violín abandonado. Un día, un pobre gitano que pasaba por allí, lo recogió, lo acarició y fue, de pueblo en pueblo, a sembrar risas y llantos.
lunes, 23 de abril de 2018
EL VIOLÍN DE LA GITANA.
En un bosque, antaño, vivía una joven gitana en compañía de su padre, de su madre y de sus cuatro hermanos. La bella Mará estaba enamorada de un cazador extranjero; y, a pesar de su belleza y de su poder de seducción, no conseguía atraer la atención del valeroso gachó. Entonces recurrió al Diablo. Éste, más que contento, prometió ayudarla, pero con la condición de que ella le entregase a sus cuatro hermanos, a los que convirtió en cuatro cuerdas; luego a su padre, del que hizo una caja de resonancia, y luego a su madre, de la que hizo un arco de violín. De estas cinco almas vendidas nació el violín. Mará aprendió a tocarlo, y pronto la música fascinó al cazador, que no pudo resistirse a los encantos de la bella. Pero el Diablo, no siempre satisfecho, reapareció de repente y se los llevó a los dos. Únicamente quedó en el suelo el violín abandonado. Un día, un pobre gitano que pasaba por allí, lo recogió, lo acarició y fue, de pueblo en pueblo, a sembrar risas y llantos.
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