sábado, 21 de abril de 2018

ALBA IULIA.



Siguiendo la estela del comandante Janos Hunyadi he llegado a esta ciudad, una grata sorpresa, que recuerda, y mucho a Hungría, a pesar de encontrarse en suelo rumano. Los romanos la llamaron Apulum, los húngaros Gyulafehervar, los alemanes Karlsburg y los rumanos Alba Iulia.


La moderna ciudad de Alba Iulia se dispone alrededor de la ciudadela de Alba Carolina, que tiene forma estrellada, un encantador espacio barroco, que esconde las huellas de su milenaria historia. Un gustazo pasear por su interior, totalmente peatonal. El centro histórico, y artístico, es como un enorme parque, con zonas ajardinadas, monumentos, museos, cafeterías, pizzerias, tenderetes y heladerías, un sitio ideal para pasar la tarde o perder una mañana visitando iglesias y empapándose de historias en sus museos.


Impresión; no creo que esta ciudad sea representativa de Rumanía, la Rumanía rural y exótica que flota en el imaginario del europeo occidental autofelaciente. Me gustaría saber de donde se sienten, en su fuero interno, los transilvanos. ¿Son húngaros?, ¿son rumanos?, ¿pretenden secesionarse de Rumanía y unirse a Hungría?. Cataluña puede ser la clave.


La catedral de Alba Iulia es una de las más destacadas de toda Transilvania, en su seno yace el Caballero Blanco, Janos Hunyadi.


Más nueva, pero no por ello menos hermosa, la catedral ortodoxa, dedicada a Miguel el Valiente, casi un santo nacional, está ubicada frente a la histórica catedral de Alba, y juntas (enfrentadas) dibujan la más típica postal de la ciudadela.


La catedral ortodoxa se levanta en el lugar donde estaba la iglesia de la coronación, destruida por los húngaros cuando Miguel el Valiente unificó Valaquia, Moldavia y Transilvania por vez primera en 1600.


Llanura de romanos. El 1 de Diciembre de 1918 sucedió en Alba Iulia un acontecimiento histórico, trascendental podemos añadir, cuando cien mil rumanos se reunieron en la llanura de romanos para votar la unión definitiva (por ahora) de Transilvania a Rumanía.



El rey Fernando I y la reina María (sus bustos flanquean una de las puertas de la ciudadela) eran los monarcas de Rumanía cuando se produjo la unión. Un museo y la biblioteca donde ser guardan los documentos, recuerdan el hecho.




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