domingo, 4 de marzo de 2018

SANTA MARÍA DE RONCESVALLES, REINA DEL PIRINEO.



Del mismo modo que la virgen del Rocío, la Blanca Paloma, es la señora de las marismas, Santa María de Roncesvalles es la reina indiscutible del Pirineo Navarro. La imagen gótica de Santa María de Roncesvalles es una talla de madera, forrada de plata, fabricada en el siglo XIV en la ciudad de Toulouse.

Iconográficamente, esta virgen, prescinde del hieratismo del románico, y muestra su lado más humano, mirando amorosamente al niño que lleva en los brazos.



El fervor popular que despierta esta virgen es tan grande, que su cofradía, con más de tres mil miembros, es la más numerosa de toda la Comunidad Foral. En el año 1127, el obispo de Pamplona, Sancho de la Rosa, decide crear una cofradía compuesta por clérigos y laicos, que tenía como objetivo cuidar a los peregrinos que transitaban por los alrededores de Roncesvalles.

Su fiesta se celebra el 8 de septiembre, aunque la mayoría de valles y pueblos realizan la romería durante la primavera. En algunas de estas romerías, los romeros portan pesadas cruces con las que atraviesan los pueblos y aldeas, hasta llegar a Roncesvalles. Cuando van a entrar en la Colegiata, elevan los brazos mientras entonan el “ora pronobis”.


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