Ganímedes,
el hijo del rey Tros que dio su nombre a Troya, era el joven más
bello de los vivientes y en consecuencia lo eligieron los dioses para
que fuera el copero de Zeus. Se dice que Zeus, quien deseaba a
Ganimedes también como compañero de lecho, se disfrazó con plumas
de águila y lo raptó en la llanura troyana.
Luego,
en nombre de Zeus, Hermes regaló a Tros una vid de oro, obra de
Hefestos, y dos hermosos caballos en compensación por la pérdida de
su hijo, asegurándole al mismo tiempo que Ganimedes se había hecho
inmortal, estaba exento de las miserias de la vejez y sonreía, con
la jarra de oro en la mano, mientras escanciaba el brillante néctar
al Padre del Cielo.
Algunos
dicen que Eos fue la primera que raptó a Ganimedes para que fuera su
amante y que Zeus se lo quitó. Fuera como fuese, lo cierto es que
Hera lamentó el insulto de que habían sido objeto ella y su hija
Hebe, hasta entonces copera de los dioses, pero lo único que
consiguió fue irritar a Zeus, quien puso la imagen de Ganimedes
entre las estrellas como Acuario, el portador de agua.
Robert
Graves
Los
Mitos Griegos.
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