miércoles, 17 de enero de 2018

CABALLERO ENCARNADO.



En algún lugar entre Gascuña y Bretaña tomó las armas el Caballero Encarnado. Cuenta la leyenda que el mismísimo diablo ofició la ceremonia y que la sangre de sus víctimas tiñe yelmo, escudo y armadura, adalid de Satanás, reta a todo soldado cristiano que se cruza en su camino. Su espada envía clientes a Caronte, su lanza estercola campos de toda Europa, su montura trota sin descanso, su alma no encontrará reposo en el inframundo.  

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