martes, 8 de agosto de 2017

OBISPO TEODOMIRO.



Teodomiro, obispo de Iria Flavia, cenaba tranquilamente una noche cuando un ermitaño llamado Pelayo irrumpió en el comedor, lo que venia a decir no podía esperar. Una serie de luminarias llevaban varias noches consecutivas resplandeciendo sobre un pequeño monte en medio del bosque.

El obispo, acompañado de Pelayo y de una pequeña comitiva se persono en el lugar para descubrir, con gran regocijo el cuerpo del apóstol Santiago.



Rápidamente el prelado informó al rey asturiano Alfonso II, que inmediatamente ordenó la construcción de una capilla en el mismo lugar del hallazgo, y el traslado de la sede episcopal de Iria Flavia a la nueva Santiago de Compostela.  

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