jueves, 27 de julio de 2017

RAMIRO I DE ASTURIAS.




Ramiro I fue la espada y la cruz del Reino de Asturias, guerrero y constructor. Este hijo de Bermudo I “el Diácono” y de Numila estuvo sentado en el trono desde el 842 hasta el 850.

Buena parte de su reinado la pasó combatiendo a los piratas normandos que habían invadido el litoral del reino. Con tesón logró expulsarlos (al menos por un tiempo) de las costas cántabras y gallegas, arrojándolos de nuevo al mar.



Con la misma prestancia e intrepidez luchó Ramiro, con adversa fortuna, contra el emir Mohamed I. Es durante este reinado cuando la tradición ágrafa sitúa la legendaria Batalla de Clavijo. En plena contienda entre moros y cristianos, irrumpió el Apóstol Santiago cabalgando a lomos de un caballo blanco para guiar a la victoria a las huestes de Ramiro.

En agradecimiento por la ayuda divina recibida, Ramiro I creo el Voto de Santiago, que consistía en una ofrenda anual y perpetua de las primicias de las cosechas y vendimias.

Además de su faceta militar, fue Ramiro constructor de templos, bellos ejemplos del arte prerrománico asturiano: Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo. Para acometer estas obras el rey asturiano pudo contratar a maestros que conocían la arquitectura de Roma, Rávena y Aquisgrán, y a especialistas andaluces expertos en el arte de la decoración.

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