miércoles, 21 de junio de 2017

FELIPE DE ALSACIA Y EL CAMINO DE SANTIAGO.



La historia de la Ruta Xacobea es larga y su origen parece perderse en la noche de los tiempos, millares de peregrinos han transitado por ella, algunos conocidos, la inmensa mayoría anónimos. Reyes, arzobispos y misioneros, emperadores, cardenales y frailes de toda época y lugar han cumplido debidamente con el ritual y su presencia junto a la tumba del apóstol está perfectamente documentada. Pero hay algunos personajes de los que no se puede afirmar ni negar categóricamente su peregrinación a Santiago de Compostela.

Felipe de Alsacia, Conde de Flandes, cruzado y devoto cristiano es uno de ellos. Algunos historiadores, como Werner Thomas, señalan que el noble flamenco vistió Santiago antes de 1172. Otros estudiosos de la materia, sin embargo, opinan que el hecho no es demostrable documentalmente.

Pero Felipe de Alsacia está relacionado con la leyenda medieval por excelencia, el Santo Grial. Su padre, Teodorico de Alsacia, conde y cruzado como el hijo, trajo a su regreso de Tierra Santa una ampolla que contenía la sangre de Cristo, y la depositó en una pequeña iglesia de Brujas, la Basílica de la Santa Sangre. No acaba aquí su vinculación con el Santo Cáliz, pues una tradición sostiene que Felipe encontró un manuscrito que contenía historias relacionadas con la reliquia, y que sirvió de inspiración para que Wolfram von Eschenbach escribiese su Parzifal.

Si a todo esto sumamos que en el Camino de Santiago encontramos, al menos, tres cálices candidatos a Santo Grial – Cebreiro, San Juan de la Peña y San Isidoro de León – podemos cerrar los ojos, dejar volar la imaginación y contemplar al noble Conde de Flandes depositar el Santo Grial en uno de los enclaves jacobeos. 

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