El príncipe Csaba era el hijo
menor de Atila rey de los hunos, un guerrero fuerte, hábil e
inteligente que guió a sus valientes guerreros en numerosas
batallas. Poco tiempo después de su fallecimiento, los hunos andaban
descabezados a merced de sus enemigos, los poderosos francos, que se
burlaban de ellos diciendo: ¿quién os salvará ahora que vuestro
jefe ha muerto?.
Apenas fueron pronunciadas estas
palabras un ejército espectral descendió del cielo nocturno a
través de un camino luminoso, al frente de ellos, cabalgaba el
caudillo difunto. Csaba y su ejército derrotaron a los francos y
salvaron, una vez más, al pueblo huno.
Las leyendas, como los mitos,
nunca mueren, y se cuenta que Csaba también ayudó a los magiares de
Arpad, un pueblo hermano de los hunos, en la conquista de la patria
húngara. Desde entonces cada vez que los descendientes de hunos y
magiares, Csaba desciende de los cielos para socorrerlos.
La leyenda de Csaba se inscribe
en un motivo mítico recurrente presente en el folklore y cuentos
populares de muchas culturas, “el Rey de la Montaña” o “el
Héroe Dormido” que espera, en estado latente, a que su pueblo
precise su ayuda para acudir raudo.
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