El Bosco se mueve inteligentemente entre la sátira popular del Medievo y la moral propugnada por los humanistas del Renacimiento. En este tríptico el maestro holandés nos dibuja el pecado y sus terribles consecuencias futuras. En el primer panel los ángeles caídos y el pecado de Adán. En el panel central los pecadores entregados al placer. Un proverbio flamenco sentencia: “el mundo es un carro de heno del que cada uno toma lo que puede”. Según Isaías “Toda carne es heno y toda gloria como las flores del campo”. El carro de heno simboliza lo efímero y perecedero. Aldeanos, burgueses, nobles y clérigos se entregan por igual a la rapiña desmedida. En el tercer panel el inevitable castigo en los infiernos.
domingo, 21 de mayo de 2017
EL CARRO DE HENO.
El Bosco se mueve inteligentemente entre la sátira popular del Medievo y la moral propugnada por los humanistas del Renacimiento. En este tríptico el maestro holandés nos dibuja el pecado y sus terribles consecuencias futuras. En el primer panel los ángeles caídos y el pecado de Adán. En el panel central los pecadores entregados al placer. Un proverbio flamenco sentencia: “el mundo es un carro de heno del que cada uno toma lo que puede”. Según Isaías “Toda carne es heno y toda gloria como las flores del campo”. El carro de heno simboliza lo efímero y perecedero. Aldeanos, burgueses, nobles y clérigos se entregan por igual a la rapiña desmedida. En el tercer panel el inevitable castigo en los infiernos.
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