sábado, 29 de abril de 2017

REVUELTA EN SAHAGÚN.



Las relaciones personales, especialmente las que se producen en un marco de desigualdad, suelen estar caracterizadas por las tensiones y los conflictos. Siervos contra señores, burgueses contra nobles, sindicatos contra patrones, la lucha de clases es uno de los motores de la historia y no faltan ejemplos para ilustrar esta idea.

A lo largo del siglo XII fueron frecuentes las revueltas antiseñoriales en las ciudades que jalonaban el Camino de Santiago, como la acontecida en Sahagún. En la localidad leonesa los habitantes del burgo, que había surgido y prosperado al amparo del monasterio, se encontraban bajo la autoridad de su abad. En 1110 campesinos y burgueses, unidos bajo un mismo grito de rebeldía, se sublevaron contra su señor, y durante varios años los hermanados hostigaban a los representantes de los señores, y si se daba el caso, saqueaban sus casas.


Pero como hemos apuntado al principio, las relaciones sociales terminan desgastando, pues el roce no hace el cariño, sino que al contrario, genera tensiones, y la hermandad entre campesinos y burgueses no podía ser eterna. Estos burgueses (que con el tiempo se convirtieron en un poderoso patriciado urbano) en el fondo ambicionaban las tierras de los campesinos y las disensiones internas entre los amotinados permitieron al abad sofocar la revuelta.  

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