En Ventas de Narón (otra aldea
resucitada por obra del Santo Apóstol Santiago), a pie de una
carretera, que antiguamente simplemente fue una senda, la ermita de
la Magdalena, exhibe, grabados en su pequeña puerta de madera, los
tres símbolos por antonomasia del camino de Santiago, la cruz, el
cáliz y la concha.
Cerca de la capilla, en un agradable merendero,
se amontonan los fatigados peregrinos para descansar a la sombra y
tomar un tentempié.
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