sábado, 22 de octubre de 2016

REINO DE POLONIA XXIV: CONSOLIDACIÓN.



El hijo de Ladislao Lokietek reinó como Casimiro III el Grande y continuó la obra política de su padre con un solo objetivo; la consolidación del estado polaco. Para ello utilizó todos los recursos que tuvo a la mano: apaciguó a la orden teutónica entregándole Pomerania, y desde su indiscutible posición de poder quebró la obstinada resistencia de la szlachta, consiguiendo de esta manera restablecer la autoridad regia.

La política de Casimiro dió mayor cohesión al estado polaco y en Visegrad – 1335 – firmó un tratado a tres bandas con Hungría y Bohemia de colaboración y reparto; que ada uno pueda ir a los uyo sin molestar al vecino. Eliminó las pretensiones de los bohemios y conjuró la latente amenaza húngara reconociendo a su sobrino, Luis el Grande Hungría, heredero de Polonia.

Además el rey Casimiro introdujo el principio de unidad legislativa y judicial mandando a codificar el derecho consuetudinario tradicional en el estatuto de Wislica (1364). Se trata del exponente ideológico de la autonomía intelectual polaca.

Establece la capital en Cracovia que además la convierte en el núcleo central de su reino y un referente cultural gracias a la fundación de la Universidad (a imitación de Praga). Preocupado por incentivar el desarrollo de su país invitó a muchos judíos, que venían huyendo de los progroms, a que se asentaran en sus tierras.


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