miércoles, 24 de agosto de 2016

LA MUERTE DE JAMES DOUGLAS.



James Douglas, intrépido aventurero y señor de la guerra de un famoso clan escocés, había sido seguidor del célebre William Wallace, compañero de Robert I Bruce y tomó parte de las guerras de independencia de Escocia, participando (entre otras) en la batalla de Bannockburn.

Cuando murió Robert Bruce, su amigo James Douglas quisó cumplir la voluntad del rey de Escocia y enterrar su corazón en Tierra Santa. Durante el viaje hizo una parada en Flandes y allí se enteró de una cruzada que el rey Alfonso XI de Castilla había organizado contra el Reino Nazarí de Granada. Ni corto ni perezoso condujo a sus hombres a las cálidas tierras del sur de Europa.


Douglas y sus caballeros se unieron al ejército de Alfonso XI y se enfrentaron al rey Mohamed IV de Granada en la batalla de Teba (Málaga). A pesar de la victoria castellana, el bravo James Douglas murió durante el combate, víctima de la táctica de tornafuga de la caballería bereber. Pero no terminaron aquí ni sus viajes, ni su aventura. Sus fieles compañeros recogieron su cadáver y cabizbajo trasladaron sus restos, y el corazón embalsamado de Bruce, para darles cristiana sepultura en la tierra de la madre patria escocesa.  

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