El
mercenario italiano conduce a sus hombres a través del río Taro
bajo una tremenda tormenta para expulsar a los franceses de vuelta al
otro lado de los Alpes. Francesco Gonzaga, señor de Mantua y
condotiero reputado, su ciudad vivió una era de esplendor cultural
bajo su gobierno, con excepcionales invitados como Andrea Mantegna.
Como buen mercenario su espada siempre defendió al mejor postor,
siendo comandante de Venecia derrotó al rey francés Carlos VIII en
la batalla de Fornovo (1495), para más tarde liderar la Liga Santa
constituida por Julio II para luchar precisamente contra la República
de San Marcos.
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