domingo, 24 de julio de 2016

EL CABALLERO, LA MUERTE Y EL DIABLO.



Un caballero andante, solitario, camina por agrestes páramos con la única compañía de un perro, símbolo universal de lealtad. El cornudo diablo y la muerte con un reloj de arena en la mano, le vigilan de cerca, le acechan y le tientan, mas el hombre se mantiene firme, constante e imperturbable, sin ceder al deseo ni caer en el pecado. Este enigmático grabado de Alberto Durero, de cierto aire romántico, ha sido interpretado como la eterna lucha entre bien y mal, vida y muerte, hombre y demonio...

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