Precioso templo románico,
situado fuera del perímetro de la antigua muralla de Segobia, su
construcción se inició en el siglo XI. Un artista llamado Daniel
Zuloaga la adquirió a comienzos del siglo XX cuando amenazaba
derrumbarse y desaparecer para siempre. Bajo el subsuelo se han
descubierto los restos de una iglesia de época visigoda. Recibe su
nombre por que en su cripta se enterraban los integrantes de los
nobles linajes segovianos – entre ellos Fernán García y Día Sanz
– y además en sus dependencias se reunían los caballeros de la
ciudad para conversar bajo la protección divina.
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