Una pequeña muestra del
cuidado arte animalístico celta. Este jabalí probablemente estaba
inserto en el borde de un vaso de metal o madera que pertenecería a
algún personaje importante dentro de su grupo. Además, es un
ejemplo más de la pasión, que como el entrañable Obélix, sentían
los celtas por los cerdos salvajes.
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