En el 802, dos años
después de su coronación como emperador, llegaba a la corte de
Carlomagno en Aquisgrán, un exótico presente del señor de Bagdad,
Harún Al Rashid, el famoso califa de las “Mil y una Noche”, un
elefante asiático excepcional, por cuanto que se trataba de un
ejemplar albino, que hacia gala de un nombre cargado de simbolismo;
Abul Abbas (el mismo que el fundador del Califato Abbasí).
El viaje de Abul Abbas
desde Oriente a la capital del Imperio Carolingio se prolongó varios
meses y tuvo que ser una epopeya digna de una novela de aventuras o
de un buen guión cinematográfico. El elefante y su mahout (cuidador
y guía), un judío llamado Isaac, cruzaron el Norte de África hasta
Kairuán donde tomaron una nave para cruzar el Mediterráneo.
Desembarcaron en octubre del 801 en Portovénere (Italia), y como las
primeras nieves habían empezado a caer, invernaron en Vercelli. Al
despuntar la primavera, reanudaron la marcha, y después de atravesar
los siempre complicado Alpes, arribaron a la corte de Aquisgrán en
pleno verano.
El famoso elefante vivió
varios años junto a Carlomagno, y se cuenta que el emperador incluso
pensó utilizarlo en una campaña militar contra Dinamarca. Abul
Abbas, posiblemente el primer elefante en alcanzar el Norte de Europa
(en época histórica) falleció en el 810 (hay quien dice que de una
neumonía) cuando contaba con cuarenta años de edad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario