jueves, 7 de enero de 2016

LA TUMBA DE MNESARETE.



Una imagen muda atrapó la tristeza en una lápida, el relieve funerario de Mnesarete (c. 380 a.C.), uno de los más bellos en su tipología, preside una de las salas de la fantástica Gliptoteka de Munich.



La mujer difunta está sentada delante de una niña doliente. El nombre “Mnesarete (hija) de Sócrates” está grabado en el frontón. Debajo está la dedicatoria funeraria: “Deja esposo, hermanas y hermanos, y para su dolor de madre, así como su hijo y la gloria eterna de gran virtud. Aquí, Mnesarete, que alcanzó la cumbre de toda virtud, se encuentra ahora en la cámara de Perséfone”. Este pequeño poema elogia la doble virtur de Mnesarete y tambuén haba de la Casa de Hades, donde Hades y Perséfone moran y presiden el submundo, donde los muertos finalizan su último viaje.  

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